domingo, 17 de mayo de 2015

Dots.

Uno...Dos...Tres....Cuatro...

Y así, vas contando una y otra vez.

Uno...Dos...Tres...Cuatro....

Y al principio lo dejas pasar.
Puedes perdonar.

Cinco...Seis...Siete...Ocho...

Y entonces te das cuenta, de que has contado más de lo permitido.

Cinco...Seis...Siete...Ocho...

Y que el castillo en  el cielo donde lo habías puesto todo, comienza a desmoronarse.

Nueve...Diez...Once...Doce...

Ya no ves algo de la misma manera.
Misma forma.
Mismo camino.
Las perspectivas cambian.

Nueve...Diez...Once...Doce...

Comienzas a cansarte.
Cansarte de repetir una y otra vez que esto puede pasar.
Que lo vas a dejar pasar.

Trece...

Catorce....

Quince...

Una promesa, una simple palabra, una pequeña linea...

Dieciséis.

Diecisiete.

Dieciocho.

Ya no lo aguantas. Y comienzas a sentir que el perdonar es inerte y difuso.

Diecinueve.

Veinte.

Veintiuno.

¿Tiene algún sentido?

Veintidós.

Algo te dice que sí. Y es ahí donde tu bucle vuelve a comenzar.