miércoles, 15 de agosto de 2012

Algún día...



Tenía que dejarte ir.
No podía retenerte para que estuvieras junto a mi y menos aun sabiendo que con quien querías estar no era conmigo.

- Vete.
- No me iré.
-Puedo irme sola, no me importa. Por favor...Vete...
-No voy a dejarte ir.
-Es que soy yo la que quiere que vayas. Ve...

Vacilaste en tu paso y te giraste en mi dirección contraria. Creía que lo dejarías por venir conmigo.
Pero no fue así.

Te ibas alejando... Y ya no podía detenerte.
Di un par de pasos, y me quede mirando como tu silueta se difuminaba con la noche.
Nunca había hecho algo así.

Lloré.

Comprendí que te quería más de lo que imaginaba. Que para mi tu felicidad era más importante. Y que sobre todo ya te habías instalado bajo mi piel.



1 comentario:

  1. Hola cielo!
    Es una historia preciosa, no sé si te ha ocurrido. Pero uf... en fin, cuando quieres a alguien le dejas ir si es más feliz.
    Un beso cielo!
    http://amormasalladelaunicidad.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar