lunes, 26 de noviembre de 2012

5 min más.

¿Qué nos motiva a quedarnos siempre unos 5 minutos más?...



Será que no queremos ver a esa persona marcharse...Será que no queremos decir nada parecido a un "adiós"... Será el miedo a la soledad.

Quizás, no hayan más motivos para quedarse pero, algo dentro de ti te dice "ni un paso más, no te marches aún".

El tiempo pasa....Y las manecillas del reloj te alertan a cada segundo de que tu tiempo se agota.

Tic....Tac...

Le miras. 
Y sientes que el corazón va a salir desbocado sin avisar.

Miras aquellos ojos arrebatadores. 
Y ves como se acerca. Y te besa. 

Comienzas a perder la cabeza, y todos tus sentidos. Te fundes en un beso. Un beso que no tiene fin.

El pulso se acelera, pero sabes que tienes que parar. 
Esa es la despedida.



Pierdes el contacto. Pierdes el sentido. Te pierdes a ti misma durante 20 segundos.
Miras, pero ya no ves unos ojos arrebatadores. Ahora ves una mirada triste. Una mirada que está deseando llorar.

Y no puedes hacer nada. Porque con toda la mala suerte del mundo, tú te sientes igual.
Triste, desolada. con una sensación infinita de añoranza, aunque aun no se haya ido.

Entonces de sus labios sale un " Es el último beso" .
Y tú por dentro te dices a ti misma "nunca será el último"

Sientes sus labios durante unos segundos más, y lo ves. Ves tú vida. Su vida. A vosotros.
Sientes fuego, sientes la briza, sientes como de su pecho salen fuegos artificiales chocando contra el tuyo. 
Pero la felicidad dura poco.

Se acaban los segundos, llega la despedida.

Y aunque la despedida sea larga y contenga mucho sentimiento, tú solo oyes el "adiós"






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