Fue diferente a las veces anteriores. Había rabia, desesperación, podría decirse que había tensión en el ambiente.
Me miraste buscando algo en mi mirada. Y por tu reacción supuse que no hallaste lo que buscabas.
Bajaste la vista y continuaste tu camino de besos. No te detuve, no podía.
Miré al cielo para entenderlo, entonces lo supe.
El adiós se acercaba. Lo decían tus labios, lo decían tus manos, lo decían tus ojos mientras se cubrían de lágrimas.
En aquel instante de dolor, del más grandioso placer, sentí como tus palabras me clavaban en el alma.
....... adiós..........
Y yo no supe que más decir que un simple lo siento.
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